Familia e izquierda
Mientras Rajoy se llena la boca de declaraciones a favor de la familia, el PP, a través de sus políticas, allá donde tiene opciones de gobierno, no deja de atentar contra el bienestar de la gente corriente: la liberalización de horarios comerciales, la privatización de servicios esenciales, las presiones para abaratar el despido o el encarecimiento de servicios públicos como agua o transporte, acaban repercutiendo en las personas de a pie, deteriorando sus vidas cotidianas. Defender la familia es defender a las trabajadoras y trabajadores de las condiciones que imponen las políticas económicas de la derecha.
Cuando Zapatero promete rebajar impuestos y darnos a cambio 400 Euros como dividendo si gana las elecciones, lo que está anunciando es que el estado tendrá miles de millones menos de euros para ofrecer servicios, es decir, para mejorar la sanidad o las guarderías. Un autónomo que pierda 3 ó 4 días de trabajo porque en su centro de salud sólo se atiende por las mañanas, o una familia que tenga que pagar una guardería, porque en su barrio no hay plazas públicas, perderán cabo del año mucho más que esos 400 Euros. En cambio, las rentas más altas se verán beneficiadas, pagando menos impuestos gracias a un gobierno que se dice socialista.
El programa de Izquierda Unida supone una defensa de las familias trabajadoras: defiende el suelo y la vivienda pública, para que las personas jóvenes se puedan emancipar a los 25 y no a los 35; favorece horarios y condiciones de trabajo humanas, para que padres y madres puedan educar y convivir con sus hijos; propone un desarrollo de la ley de dependencia generoso y suficiente, para que los mayores vuelvan a ser una riqueza y no una carga; exige salarios dignos y medidas para frenar la inflación, para evitar la carestía en la que se han sumido progresivamente las familias españolas desde que entró el Euro. Defendemos lo esencial: el derecho a ser felices.
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